Queda menos de un mes para que comiencen las
primeras pruebas de evaluación de acceso a la universidad, la EBAU, a
la que muchos alumnos siguen llamando “selectividad”. Se juegan parte de
su futuro después de meses de incertidumbre, con las aulas cerradas y en
condiciones extraordinarias para hacer frente al COVID -19. Todo ello se le une
los famosos nervios de última hora y el gran protocolo sanitario impuesto para
poder asistir con toda la seguridad a realizar duchas pruebas que son el futuro
para todos.
Deberán evitar el transporte público, si es
posible. Entrarán a los centros donde se examinen de manera escalonada, sin
acompañantes, salvo personas dependientes. Dispondrán de soluciones hidroalcohólicos repartidas
por las instalaciones y jabón, geles y papel secante en los baños. Carteles
informativos les recordarán permanentemente cómo deben actuar. Usarán mascarillas
en caso de no poder mantener la distancia de seguridad.
Deberán tomar las escaleras en lugar de
ascensores, no compartirán material, mantendrán sus mochilas separadas del
resto, las aulas serán desinfectadas y ventiladas tras cada prueba. Al finalizar
los exámenes, los estudiantes volverán a casa evitando aglomeraciones a la
salida y se despedirán sin abrazos y besos. Debido a la excepcionalidad de la
situación, la EBAU ha sido adaptada para intentar facilitar la realización
de la prueba, Todas las preguntas de los exámenes serán susceptibles de ser
elegidas y siempre existirá la opción de contestar sobre materias
impartidas antes del confinamiento.